Análisis

El cine, la política e Internet. Entrevista a Popo Fan

El cine, la política e Internet. Entrevista a Popo Fan

Cristian Moreno
Imagen portada de
Invitados LN
2021-02-17

Con ocasión del Ciclo Rosa programado por la Cinemateca en agosto de 2019 y aprovechando la proyección de su trabajo en el cineclub de Casa Soledad, nos invitaron a entrevistar a Popo Fan, un cineasta y activista LGTBI chino. Toda la semana antes de la entrevista fue un visaje porque documentarme al tiempo que recibía las noticias de la escalada de las manifestaciones en Hong Kong me cargó con una sensación de ‘la entrevista precisa en el momento preciso’ y, cuando me senté a tomar aromática con este gigantón que tenía frío (Bogotá no perdona) me di cuenta que acá debía sentirse muy lejos de su casa y que en Berlín donde en ese momento residía y aún reside, pues también… Lo poquito que hablamos oscila entre la inevitable politización de su trabajo censurado en China y esta sensación (también profundamente política) de sentirse o no lejos de casa.

Queremos agradecer a Valentina que nos invitó a nombre de Casa Soledad y a Fernanda Ariza por las lindas fotos. También queremos excusarnos por la extemporaneidad de la publicación. Leyendo este trabajo de hace más de un año el mundo se siente, por decirlo menos, diferente… Aunque las coordenadas políticas no hayan cambiado de forma fundamental: ahora crecen las tensiones entre la China continental y Taiwán.

Teniendo en cuenta la relevancia de Internet a la hora de mostrar tu trabajo a nivel global y a pesar de la censura ¿Cuál es tu posición con respecto a la Neutralidad en la Red, las regulaciones del medio y cómo podría afectar esto a la causa que defiendes?

Creo que un Internet libre es muy importante. En primer lugar, mi trabajo en China está prohibido en las salas de cine. También considero que Internet es una plataforma para conectar con mi audiencia. No solo para mostrarles mi trabajo, sino también para tener una conversación real; aparte, muchos de los eventos ‘offline’ ahora se promueven por la red. Desafortunadamente, el Internet libre es un gran lujo para nosotros. Hay muchos bloqueos y censura en las redes sociales chinas y algunas de las agencias de noticias extranjeras también están bloqueadas aunque siempre hay formas de evitar estos bloqueos: por ejemplo cuando mi video fue censurado en China, lo que hicimos fue volver a subirlo, etiquetarlo e incluso cambiarle el nombre para evitar la censura por algunos días, o incluso un par de meses… Pero todo este proceso es muy exhaustivo; si quieres mostrarle a la gente tu trabajo tienes que hacer cosas a veces muy difíciles. Al final, hago un llamado por la libertad de expresión y un Internet libre y neutral en China.

Foto: Fernanda Ariza

¿Como exiliado chino qué es lo nuevo de hacer cine en Berlín?

Primero, creo que tiene que ver principalmente con mi propia identidad. No hago cambios sobre mi mismo pero a causa del entorno (y el gobierno) soy una persona diferente en China y en Alemania. Por ejemplo, en Alemania la gente no solo me reconocía como un realizador de cine queer chino; también me agregaban la etiqueta de ‘Asia’. Mientras que en China ¿Cómo podría identificarme como ‘Asia’? Por supuesto soy asiático pero esta etiqueta nunca ha estado en mí. Si voy a un mercado vietnamita en Beijing nunca podría sentirme “en casa”; mientras tanto, en Berlín, en estas plazas es donde compro mi comida y me hago mi corte de cabello, así que hay definitivamente una influencia diferente en el tema. Segundo, hablando de la industria del cine en China cuya situación es bastante buena y hay trabajos bien pagos, me fue muy difícil encontrar co-creadores y productores a los que les importaran más los aspectos artísticos de mis películas que el dinero pero en Berlín no solo esto sino también otros proyectos bastante interesantes centrados en el arte. Por último, en Berlín soy una minoría y siempre está presente la barrera del lenguaje (el Inglés no es mi primera lengua y aparte mi Alemán es muy malo todavía). Encontrar mi posición en el círculo de realizadores de cine; qué puedo hacer; con quién puedo trabajar, es muy, muy difícil. De vuelta en China era bastante fácil encontrar un empleo.

¿Qué dificultades encuentras estando lejos de China?

Bueno, es un gran reto… tener la visa (risas)... Voy a aplicar a mi nueva visa y resulta que es mucho papeleo para preparar porque, por lo visto, a los alemanes les gusta mucho el papel. Cada vez que pasa eso siento que estoy desperdiciando mucho material y cosas para mis documentos. También la comida...Berlín es genial y es muy diferente de distintas formas pero realmente nunca me ha gustado la comida allí y desafortunadamente no hay muchos restaurantes chinos así que he sobrevivido cocinando solo.

Al final de una entrevista para Straight Spouse Voices señalas que tu trabajo sobre la comunidad LGBTI ha logrado dar visibilidad al mismo tiempo que ha dado herramientas para reconocer la identidad de la gente de la comunidad (como si poner el foco en la comunidad fuera una forma de sacar del clóset a un pedazo de la comunidad que preferiría mantenerse alejada de la opinión pública). Esta consecuencia de tu trabajo parece un riesgo, ya que mencionas que aunque la homofobia no es un problema mayoritario de la comunidad LGTBI china, sí podría ser un problema en el futuro. ¿Qué opinas de esto?

Siempre estoy abierto a hablar del tema, la verdad. Al comienzo de mi carrera como realizador de cine tenía este ideal particular sobre ‘cambiar’ la mente de las personas a través de mis películas. El Cine es muy poderoso, y siempre pensé que con estas herramientas la gente homófoba de alguna forma se volvería hacia mi de forma amistosa y me apoyaría. Luego de hacer películas y mostrarlas durante años me doy cuenta que este ideal era muy ingenuo. No todo será transformado por una película. Allí empecé a pensar por qué aún hacía cine. Creo que al final se trata de tener una  conversación. A este punto una persona podría no cambiar inmensamente o no cambiar su opinión de ninguna forma, pero el proceso (de conversación) es lo más importante y lo más hermoso. Encontrarnos, tener una conexión física en un espacio único, ver el material y poder hablar es lo que podría ayudarnos a reflexionar sobre nosotros mismos. Por ejemplo, en este viaje estuve ayer en Manizales en una proyección y había una mujer que decía “Yo no soy homófoba, pero...” y ahí tú ya sabes qué tipo de cosas podría decir. Al final de su intervención ni mi traductor quiso seguir porque me decía que estaba repitiendo la misma cosa. Se trataba de su preocupación por la “cantidad de homosexuales en el mundo”. Había una audiencia grande y era bastante difícil escuchar porque no hablo Español pero había otra gente que empezó a discutir con ella ahí mismo. Creo que sin importar qué, este es un muy buen espacio para que los diferentes grupos discutan y reflexionen. Creo que probablemente ella hablará con sus amigos luego sobre esto; también creo que ella no se sentía cómoda. Mucha gente estaba en contra de ella y algunos le dijeron que estaba en el lugar equivocado. Pero pienso que ella estaba en el lugar indicado para ver realmente cosas como a la comunidad LGBTI, gente hermosa y con valor. El lugar indicado para saber que hay otras mentes que existen y son diferentes a ella.

En una entrevista previa comentabas sobre el mayor cambio que tuviste durante tu paso por la escuela: entender la relación entre las artes y la política, dijiste que “tanto para mi familia como para mi educación artística la política tenía que ser un tema aparte, de lo contrario esto me daría problemas en el futuro”

Creo aún en eso. La política está en todo lado. Y sobre el arte creo que es muy difícil (si no imposible) imaginarnos el arte sin la política. De estos varios años haciendo cine he podido expresar mis opiniones políticas a través del arte. Ahora mis películas se han convertido en algo más personal. Al comienzo todo se trataba sobre tomar las problemáticas públicas. Hablar sobre ‘salir del clóset’ es una de esas problemáticas, pero también hablé mucho sobre la familia. Ahora mis películas hablan sobre resistencia pero desde un punto de vista personal y de manera experimental; también hablan de sexo y de fetichismo. Algunas son muy privadas. Hacer estas películas también son mi manifiesto político.

¿Cómo entiendes la relación entre tu trabajo con la comunidad y el trabajo en tus películas? Ahora que resides en Berlín ¿cómo puedes seguir haciendo ambas cosas?

La verdad, viajo a China regularmente. Intento volver cada año, a veces dos o tres veces. Algunas veces son semanas y otras más tiempo dependiendo del proyecto. Esa es una de mis formas de estar conectado con la comunidad; además, China ha venido teniendo muchos cambios rápidamente así que cada vez que voy me doy cuenta de algo totalmente nuevo. También intento siempre poner atención a las redes sociales; mis amigos son muy activos allí. Quiero saber qué está pasando en la industria del cine, en la política… Aunque mi comunidad no está solamente en China. Siento que también tengo cierta comunidad en Alemania, en Berlín. Muchos de ellos también son de la comunidad China; por otra parte, algunos quieren hacer esta comunidad algo mucho más visible en Alemania también. Creo que nunca estaré lejos de mi comunidad.

En tu opinión ¿Cómo es la percepción de la China continental sobre lo que está pasando en este momento con los abusos de poder y los movimientos políticos en Hong Kong?

Verás, es algo muy doloroso. Varios de mis amigos están intentando resistir esto y algunos están rompiendo sus relaciones porque sus opiniones políticas al respecto son muy diferentes. Creo en este momento que todas estas cosas son muy complicadas. Creo fuertemente y apoyo la democracia. El gobierno chino es muy efectivo usando la desinformación principalmente porque ellos controlan los medios. Es muy difícil para cualquier activista en Hong Kong dar a conocer sus ideas a sus compatriotas en la China continental, aunque ese no es un problema evidente cuando se le mira desde lejos. Quiero ir allí el próximo mes y saber qué pasa; de este modo cada uno de nosotros podremos saber un poco más, y ver un poco más allá de lo que dicen los medios del gobierno.

Foto: Fernanda Ariza


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