A partir del reconocimiento de sus propios sentimientos y parte del electorado actual, María Teresa nos da razones para dejar de pensar que Colombia está condenada

"Es que donde uno tiene los ojos nadie más los tiene. Eso es una fatalidad que solamente se puede romper con la fotografía, porque permite compartir el punto de vista."

La intelectualidad y el ejercicio de pensamiento no deberían ser un privilegio, sino un derecho básico al que debería poder acceder cualquiera.