Nuestra sesión maratónica de microcuentos se llevó a cabo el 15 de julio de 2018 en la biblioteca Virgilio Barco. El ejercicio fue sencillo, consistió apenas en invitar a los asistentes a escribir una pequeña historia que involucrara una palabra generada al azar. Al final de la sesión se generaron más de ochenta ejercicios de escritura exprés, de los cuales hoy les compartimos una selección. Queremos agradecer a Cristina Castro por la invitación.

Barato, por Juan Sebastián Coronado
Sussy frecuenta la tienda Roux todos los jueves en la tarde. Va por caramelitos de leche; es pequeña y encantadora, piensa quien se los vende. Sussy quisiera ir a la tienda todos los días, pero debe disimular y ya no sabe qué hacer con tanto caramelo.

Foto, por Pedro José Guédez
El fotógrafo nunca pudo ver sus propias fotos, pues había nacido ciego.

Foto, por Oscar Mauricio López
Y la fotografía no le permitió al acusado poner en negativo la verdad.

Arcoíris, por Alberto Cano Diaz
Estaba en blanco, pensé que estaba mal hasta que recordé que es a partir del blanco que nace el arcoiris.

Acertijo, por Juan Sebastian Coronado
La respuesta se usa para hacer la pregunta.
Denso, por Juan Sebastian Coronado
Dícese de lo contrario que le pasa a los días sin vértigo.

Truco, por Alejandra Pimiento Díaz
¿Es el mago el dueño de los trucos, o su ayudante que conoce cada amago y engaño posible de realizar, a quien le agota no ser la luz del espectáculo pero aún así no tiene las agallas de revelar el secreto de los trucos?
Protección, por Beatriz Veracoechea
– ¿Tener sexo sin protección? ¿Yo?… Ni loca. Ni pensarlo, había sentenciado Raquel esa misma noche como a las 10. Lo que ella desconocía, por completo, era lo irresponsable que se iba a volver, pasadas las 2 am, ante los besos, caricias e insinuaciones del dulce Manuel.

Libros, por Beatriz Veracoechea
A Raquel le gustaba ordenar sus libros, amaba tenerlos pulcros y alineados en los diferentes compartimentos de su biblioteca blanca y minimalista. Eso, hasta que llegó Manuel, con su sonrisa, a desordenar su casa, su vida.

Padre, por Beatriz Veracoechea
El rostro que tenía su padre, estacionado en la acera de enfrente, era todo un acertijo para la adolescente sonriente, quien antes de atravesar la calle, se preguntó: “¿Sabrá mi padre que vengo de encontrarme con mi primer amor? No sé cómo ocultar lo que se mueve dentro”.
Nueve, por Beatriz Veracoechea
Nueve veces te diría que te amo. Nueve besos te daría en tu vientre que se iba abultando durante estos nueve meses en el que nuestro amor florecerá.

Vacaciones, por Alberto Cano Diaz
Un día la muerte tomó un descanso, ese día todos celebraron un sentimiento de protección, pero fue solo hasta que la muerte retomó sus labores que fueron realmente protegidos, de ellos mismos y de la eterna decadencia.

Bofetada, por Alberto Cano Diaz
Una vez recibió la cachetada que merecía, se sintió liberado de un peso insoportable por lo que decidió anunciar en los clasificados: “Abofeteo a quien lo pueda necesitar”

Retrato, por Juan Camilo Cuervo
Un retrato viejo me transportó a una ciudad. Una ciudad que se desvaneció junto con las costumbres de mis ancestros, de la que mi olvido es el más cercano recuerdo. Una nostalgia que no entiendo.

Cuernos, por Juan Camilo Cuervo
Un hombre subía una montaña. Después de gran esfuerzo y mucho tiempo conquistó la cima. Allí se encontró una cabra con cuernos enormes. No era una simple cabra, era una deidad que le mostró que llegar a la montaña fue como conquistar una mujer. Mucho tiempo y esfuerzo para al final encontrarse con unos enormes cuernos.

Colores, por Gloria Irene Abella
El amarillo le dijo al rojo, con esa actitud no seremos el naranja.

Protección, por Gloria Irene Abella
Qué descuidado, pero resulta fácil y en nueve meses un mero ciudadano.
Media vuelta, por Beatriz Veracoechea
Esa noche no habían parado de bailar. Jairo y ella solían salir los sábados para divertirse entre amigos. Lo que Jairo no sabía, es que Claudio, su amigo del alma, esa noche le dio la media vuelta.
Media vuelta, por Juan Sebastian Coronado
¡Me dijeron que la felicidad estaba a “media vuelta”-, vociferó desconsolado. Depende de lo que usted entiende por “media vuelta” señor. -Respondió indiferente.

Media vuelta, por Alberto Cano Diaz
La Tierra estaba siempre acompañada de su fiel compañera, la Luna, aun así sentia que no podía confiar en ella por solo conocer una de sus caras siempre le reclamaba ¡Da media vuelta!
Simios, por Anónimo
-Todos los simios se indignaron hacia el primero que habló de la existencia de Dios.