Ficción

Puto Gilbert Langton

Puto Gilbert Langton

Alejandro Ramírez
Imagen portada de
Marcia Díaz
2020-07-18

¿PRÓLOGO? por Juan Dávila

-¿De dónde carajos viene ese título?- le pregunté a Alejandro apenas acabé de leer este cuento. Su respuesta, como la mayoría de cosas que dice, revela mucho de lo que es él. Gilbert Langton es un traductor envuelto en una vida propia de un héroe de acción, bueno, eso en un libro de Morris West que Alejandro devoró en pocos días (con la obsesión del que ve ante sus ojos una vida que puede ser la suya, pero que, al menos ahora, no lo es). Eso pasa cuando le gusta un tema. Su gusto suele ser frenético. A la final, este cuento es una respuesta casi monosilábica al libro. Gutiérrez, ni héroe ni villano, es el protagonista inmerecido de un cuento con la brevedad proporcional a la relevancia de este intento de hombre. ¡Que salten las teclas!

***

Los teclados repiqueteaban al unísono con el timbre de los teléfonos y un sol perfectamente mediocre se asomaba por los ventanales. El amplio espacio albergaba una docena de empleados de Prensa Políglota, frenéticos, diligentes en su oficio de transformar balbuceos foráneos en palabras cotidianas. Nada parecía presagiar algún evento anómalo hasta que, con la agilidad de un atleta y no de un oficinista, Enrique Gutiérrez se puso en pie y envió el teclado volando al techo con un solo impulso.

El teclado cayó en el instante en que sus colegas, boquiabiertos, buscaban con la mirada el origen del estruendo, y Gutiérrez brincó para saltar encima del aparato gritando repetidamente “¡PUTO GILBERT LANGTON!”, mientras salpicaban esquirlas plásticas. Sus colegas miraban estupefactos: a Gutiérrez se le asignaban textos de literatura, una tarea considerada muy laxa y, además, se le pagaba bien por ello. Recién había completado en tiempo récord la traducción de una novela y estaba actualmente asignado al prólogo de otra. ¿Qué explicaba su conducta?, pensaron todos mientras el brincaba, zapateaba y maldecía al tal Langton. Todo quedo claro cuando vieron su trabajo en la pantalla del ordenador: “Introducción: Don Quijote, Sancho Panza y Miguel de Cervantes Saavedra. Por: Harold Bloom”

Puto Gilbert Langton - Ilustración de Marcia Díaz para Revista El Cachaco

¿Qué tan interesante puede ser la vida de un traductor?

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