"Yo creo en muchas cosas que no he visto, y ustedes también, lo sé.
No se puede negar la existencia de algo palpado por más etéreo que sea. No hace falta exhibir una prueba de decencia de aquello que es tan verdadero. El único gesto es creer o no. Algunas veces hasta creer llorando. Se trata de un tema incompleto porque le falta respuesta;respuesta que alguno de ustedes, quizás, le pueda dar."

Willie Colón - Oh que será. Y la original de Chico Buarque, en la voz de Milton Nascimento.

La historia, la literatura y el cine están llenos de duelos sin resolver. Así, por ejemplo, el duelo y la manera de lidiar con la muerte son temas principales de La Hojarasca, escrita por Gabriel García Márquez, donde, por medio del desarrollo de los personajes se crean matices importantes de la muerte y el duelo, como sus rituales; o también enCóndores no entierran todos los días novela de Gustavo Álvarez Gardeazábal, con película dirigida por Gustavo Norden, quien propone la elección de la indiferencia debido a una idea política contraria a un sector del poblado donde viven, como metáfora de la muerte "social" y luego literal del personaje interpretado por Frank Ramírez. Otro ejemplo de los matices de la indiferencia se pueden encontrar en Ilona llega con la lluvia, novela de Álvaro Mutis, que también cuenta con largometraje protagonizado por Margarita Rosa de Francisco y dirigida por Sergio Cabrera, donde el tema del duelo por la muerte de algunos personajes secundarios se desarrolla como una consecuencia de las sub-historias propuestas.

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Poster promocional de Ilona llega con la lluvia.[/caption]

Al final de esta reseña pretendo encontrar conexiones entre los textos seleccionados de Totem y tabú de Sigmund Freud y los capítulos elegidos de Las relaciones del parentesco del antropólogo Levi-Strauss (como fuentes principales), y películas relacionadas como おくりびと (Okuribito) del director 滝田 洋二郎 (Yōjirō Takita), las cuales son ejemplos directos del punto que expondré a continuación.

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Poster promocional de la película Okuribito.[/caption]

Freud categoriza las neurosis y encuentra puntos semejantes para entender y estructurar la mente humana. Esto trae como supuesto que las actitudes que nos definen como especie son predecibles y, por tanto, tratables, utilizando la taxonomía de la enfermedad que debe ser curada. Sigmund Freud afirma que uno de los comportamientos más comunes para lidiar con la muerte es la indiferencia, particularmente la indiferencia elegida

A nivel superficial, la indiferencia es producto de lo no percibido, pero nuestros lugares culturales (en especial, la lengua y, por extensión, la muerte) nos hacen más o menos sensibles, según la cultura que tengamos. Si la indiferencia es una consecuencia directa de la cultura (lenguaje) y no podemos remover el lenguaje, entonces ¿cómo se puede elegir la indiferencia? Por ejemplo, en una revisión de los textos mencionados anteriormente se hace patente que la indiferencia elegida se convierte en el mecanismo que impulsa las motivaciones del duelo. Así, dado que el duelo tiene muchos matices y muchas maneras de ser expresado, es en esas expresiones que la indiferencia se convierte en una posición consciente que necesita del duelo para existir: no hay duelo sin indiferencia. Es tan fuerte la relación entre el duelo y la indiferencia que es imposible evitar el símil con las dos palabras que titulan La Hojarasca.

La Hojarasca es el pueblo, el desecho, lo que queda. La indiferencia de lo que queda es el resultado del desprecio acumulado en la figura del doctor, cuyos actos -o mejor, la falta de ellos al negarse a atender a los 12 Aurelianos y a Meme cuando se enfermó- se manifiestan en la indiferencia de sus habitantes para hacerse cargo del cadáver. Sin embargo, la posición de la gente es tan manifiesta y su indiferencia tan presente (nuevamente como una hojarasca) que ellos se encuentran esperando el olor del cadáver –Freud utiliza la categoría 'goce' para definir la acción del oler en este caso, pero la definición del goce en un sentido amplio es el residuo entre experiencias y tabúes.  El segundo capítulo de Tótem y tabú lo ejemplifica por contraste a través de los tabúes, como el incesto, pero es Lacan a quien se le atribuye el concepto–.

Es en este momento que la figura del Padre interviene y comienza el dilema entre la posición del pueblo, que se opone a los rituales del duelo para no perderse los problemas del muerto olvidado ('goce') pero quiere encontrarse convenientemente alejado para seguir siendo indiferente, y la figura del Padre, que se interpone entre la voluntad del pueblo y sus propios tabúes ante los rituales del duelo, razón suficiente para pedirles, a su hija y a su nieto, que lo acompañen en la tarea de enterrar al doctor.

おくりびと (Okuribito), del director 滝田 洋二郎 (Yōjirō Takita), es un compendio de todos los tabúes que rodean la figura del muerto. Tocarlo, convertirlo en cosa y manipularlo es tarea de otra persona. Es la indiferencia con la ritualidad del duelo lo que define su relación. Pero el dolor del que no está persiste y debe ser canalizado a través de la presencia de los dolientes en el momento de ejecutar las tareas de limpieza del cadáver. La película cuenta la posición de la persona donde se deposita la indiferencia para manipular el cuerpo, por que el protagonista, cuando termina su trabajo, debe volver a sus tabúes y a su lugar en la sociedad. Este lugar es recordado por la esposa, que apoya incondicionalmente sus decisiones pero pide, en un momento climático de la historia, que cambie de trabajo, pues prefiere tener menos dinero a la "indignidad" de estar casada con alguien que ejecuta esa clase de labores.

Así, el duelo cumple varias funciones. La primera es depositar la indiferencia de nuestros propios tabúes en un lugar permitido que nos desconecte de la experiencia mística de la muerte y nos permita ser partícipes de la experiencia ('goce'), pero que, al mismo tiempo, nos posibilite redimirnos a la sociedad (indiferencia). Por esta razón delegamos la tarea de encargarnos del cadáver a otros. En La Hojarasca los 4 indios son los instrumentos que ejecutan la labor de bajar al doctor de la cuerda, pero en ningún momento el Padre se acerca al cadáver. En ninguna parte del libro se recrimina a los indios por su participación en la experiencia de enterrar y transportar los restos del doctor, sin embargo, Isabel, en su monólogo interior, recrimina al padre por haberla obligado a ella y al hijo al escarnio público de acompañar al muerto.  

La segunda función del duelo es recordarnos que la muerte es inexorable y que esta misma muerte nunca es natural. Que no debemos confundir las circunstancias de la muerte con la imposibilidad de definirla a través del lenguaje, es decir, una muerte en circunstancias pacíficas es igual de dolorosa y ajena que una muerte por una bala legal. En ambos casos existe dolor, indiferencia y duelo. La falta de estos rituales, es decir, un duelo mal hecho, causa estragos, y son verdaderas tragedias que alimentan la imaginación de los escritores, los guiones de las películas y la imaginación para tratar de definir el misterio más viejo del hombre, esquivo por definición al lenguaje: ¿Qué es la muerte?

Bibliografía:

• Freud, Sigmund. Obras completas de Sigmund Freud. Volumen XIII - Tótem y tabú, y otras obras (1913-1914). Traducción de José Luis Etcheverry. Buenos Aires & Madrid: Amorrortu editores. ISBN 978-950-518-589-4.

• Levy-Strauss, Claude. (1998). Las estructuras fundamentales del parentesco. Barcelona: Editorial Paidós Ibérica. ISBN 978-84-7509-100-6.

Películas:

• おくりびと (Okuribito). Director: 滝田 洋二郎 (Yōjirō Takita) 2009.
• Ilona llega con la lluvia. Director: Sergio Cabrera.

Lecturas recomendadas:

• Hans Christian Anderson, cuento no. 168 "El traje nuevo del emperador". Lacan utiliza este cuento en su obra para ejemplificar el concepto de goce.
• Jacques Lacan, Seminario No. 4 "La relación del objeto".

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Jacobo Camelo para Laguna Negra