Opinión

Hay que detener el metaverso de Facebook

Hay que detener el metaverso de Facebook

Paris Marx
Imagen portada de
Camilo Calderón
2022-02-04

Mark Zuckerberg quiere hacernos creer que descubrió cómo socializaremos en el futuro. El pasado 28 de octubre presentó su visión para el metaverso, un ambiente virtual donde podemos pasar el tiempo, hacer compras y trabajar. Sin embargo, su implementación depende de que Facebook y varias compañías más entren al espacio del metaverso para desarrollar las tecnologías de las que este dependerá y requiere que el público adopte una visión donde pasaremos más tiempo sentados en casa usando cascos de realidad virtual en lugar de salir al mundo físico.

Silicon Valley tiene un largo historial de sueños grandiosos que no se han hecho realidad, desde la utopía libertaria que prometía ser internet en sus primeros días hasta los omnipresentes vehículos autónomos que supuestamente ya deberían haber reemplazado los vehículos privados. El metaverso seguro sufrirá este mismo destino, pero eso no significa que no vaya a tener impacto alguno. Como explicó Brian Merchant, la industria tecnológica necesita con desesperación un nuevo marco de referencia para despilfarrar dinero después que tantas de sus grandes apuestas en la década pasada fallaron y el metaverso estaría perfilándose para tomar ese lugar.

En las semanas siguientes al discurso inaugural de Zuckerberg, otras compañías han incorporado aspectos del metaverso, pero también han mostrado cuán maleable puede ser este término. El 2 de noviembre, Satya Nadella, CEO de Microsoft, hizo su propuesta para un metaverso concentrada en los negocios y videojuegos. Habló en términos muy generales, argumentando que el concepto abarcaba herramientas existentes de videollamada y colaboración, así como juegos como Halo y Minecraft, y que esas aplicaciones del metaverso serían aumentadas mediante ambientes virtuales. Como dijo Nadella, el metaverso le permite a Microsoft “incrustar la computación en el mundo real e incrustar el mundo real en la computación”.

No estoy seguro que esa afirmación sea tan atractiva como Nadella quiere que creamos, pero su énfasis en los videojuegos y el trabajo puede ser un buen reflejo de lo que el metaverso en últimas llegaría a representar. Está por verse si todos seremos empujados a ambientes virtuales similar a como usar internet se convirtió en parte obligatoria de una vida cotidiana en el mundo moderno, pero es mucho más fácil ver cómo las compañías de videojuegos y nuestros lugares de trabajo podrían incentivar o incluso forzar nuestra participación.

Tomando inspiración de los videojuegos

La creciente expectativa alrededor del metaverso está inspirada, antes que nada, por desarrollos recientes en la industria de los videojuegos. No podemos ignorar cómo la ciencia ficción inspiró el concepto, el término metaverso tiene su origen en Snow Crash de Neal Stephenson y todo nuevo empleado en la división Oculus de Facebook recibía una copia de Ready Player One de Ernest Cline, pero el modelo de negocios proviene de los videojuegos.

El año pasado, el inversionista de riesgo Matthew Ball escribió un influyente ensayo que sirvió de argumento comercial para el metaverso y se centraba en Fortnite . Él afirma que “Fortnite empezó como un juego, pero rápidamente evolucionó en una plazoleta social”. Los jugadores llegaban a jugar, pero permanecían para pasar el tiempo y conversar a medida que el juego construía espacios adicionales más allá de la experiencia básica de un battle royale para cientos de jugadores.

Compañías ya han realizado eventos para promover películas como Star Wars y artistas importantes como Travis Scott y Ariana Grande han dado conciertos virtuales. Las corporaciones también pueden explotar su propiedad intelectual al ofrecer objetos dentro del juego basados, por ejemplo, en personajes de Marvel o DC. Así es como Fortnite produce la mayor parte de su dinero: los jugadores convierten dinero real en V-bucks que después pueden usar para comprar bienes virtuales o el Battle Pass que trae actualizaciones periódicas al juego.

Ball cree que el metaverso se extenderá más allá de lo qué ofrece actualmente Fortnite, pero ve aquí una buena demostración de un proto-metaverso debido a la socialización y la actividad comercial qué allí suceden. El CEO de Epic Games, Tim Sweeney, aprovechó la narrativa del metaverso para recaudar fondos adicionales para la compañía, pero también para presentarse como una oposición a la industria tecnológica existente. En lugar de sus ecosistemas cerrados, él afirma que el multiverso será una plataforma abierta e interoperativa.

Como parte de un esfuerzo para marcar este contraste, Epic demandó a Apple por los términos de su App Store pero, como mencionó el juez del caso, la compañía habría visto considerables ganancias de haberse salido con la suya. Es reflejo de una tendencia en la historia de la industria tecnológica donde las promesas de transparencia y empoderamiento individual frecuentemente ceden ante los intereses corporativos, si es que no eran mera propaganda desde el inicio.

En el contexto más amplio de los videojuegos, EA, Square Enix, Take Two y Ubisoft están siguiendo la corriente con sus recientes declaraciones positivas acerca de los NFT, alimentadas por la absurda cantidad de dinero que los inversionistas están metiendo en los juegos basados en blockchain. Algunas de estas compañías están considerando crear juegos play-to-earn que introducen en los juegos la manía especuladora de los NFT al incentivar que los jugadores sigan jugando para poder obtener valiosos NFT que podrían revender. En efecto, jugar se convertiría en un trabajo porque los bienes virtuales pueden producir cantidades absurdas de dinero. El metaverso, sin embargo, puede afectar todavía más la manera en que las personas trabajan.

Un nuevo ataque contra los trabajadores

La industria tecnológica tiene un historial de alterar cómo piensan las personas sobre el empleo. En los 80 asociábamos las compañías de Silicon Valley con un impulso hacia estructuras menos jerárquicas en el lugar de trabajo, compañías como Apple por ejemplo, mientras que las secuelas de la recesión trajeron el nacimiento de la gig-economy que utilizó la prestación de servicios basada en aplicaciones para clasificar falsamente a los trabajadores como contratistas independientes, negándoles los derechos y beneficios del estatus de empleado. El metaverso podría alterar las cosas de muchas formas.

Como lo demuestran Horizon Workrooms de Facebook y los anuncios recientes de Microsoft, las aplicaciones para trabajo se consideran transversales al metaverso, ¿pero de dónde este repentino interés en espacios de oficina virtuales? Buena parte de la fuerza laboral, incluso en el sector tecnológico, recurrió al trabajo remoto durante la pandemia para reducir la propagación del COVID-19, pero muchos trabajadores ahora no quieren regresar. Los empleadores desplegaron una amplia gama de software para rastrear a sus empleados cuando no estaban en la oficina y aplicaciones del metaverso podrían ofrecer nuevas y mejoradas maneras para hacer esto. Si no puedes estar en la oficina física, se esperará que estés presente en la oficina virtual y serás monitoreado cada minuto que pases ahí.

Pero la transformación podría ir más allá de un aumento en la vigilancia. Compañías como Uber y Amazon no sólo estrenaron en la última década sistemas algorítmicos de gerencia para limitar la autonomía de los trabajadores e incrementar las metas de producción, también aumentaron el número de trabajadores involucrados en trabajo a destajo mediante la gig economy y plataformas como Mechanical Turk. Según Ball el metaverso será “la siguiente gran plataforma laboral”, mientras que Zuckerberg afirmó que dará a la gente “acceso a trabajos y más lugares, sin importar en donde vivan”.

Esto no suena nada bien en el contexto de Silicon Valley y su dependencia en la tercerización y los contratos por prestación de servicios. Los trabajadores en la gig economy han advertido que la reducción en sus estándares laborales fue el primer paso en un esfuerzo para hacer lo mismo en la economía más amplia, y las tecnologías para el lugar de trabajo anunciadas por dos proponentes del metaverso podrían ser clave para facilitar el próximo gran asalto en los derechos laborales.

Volviendo al play-to-earn, esquemas similares han existido por años. A principios de milenio, trabajadores principalmente en el sur global farmeaban oro, obteniendo dinero dentro de juegos multijugador en línea para después venderlo a jugadores usualmente ubicados en mercados occidentales. Ball utiliza esto para dar un ejemplo de cómo podrá ser el trabajo en el metaverso, pero, como dijo Merchant en una entrevista reciente para Tech Won’t Save Us, bajo esta visión “las desigualdades ya existentes serán consagradas y transferidas a este mundo virtual”. Esta visión del trabajo virtual podrá sonar prometedora, pero haría todavía más difícil para los trabajadores exigir que se respeten sus derechos o tener cualquier poder de negociación sobre sus empleadores.

Debemos detener el metaverso

El metaverso es una visión expansiva que verá las tecnologías digitales colonizar muchos más aspectos de nuestras vidas. Como vimos durante la pandemia, los ingresos y ganancias de las compañías tecnológicas vuelan cuando somos forzados a pasar más tiempo usando servicios digitales en lugar de estar afuera en el mundo físico. Y aunque por lo pronto no alcanzará la escala implícita en las visiones de Ball y Zuckerberg, si es que alguna vez lo hace, podría ser una realidad mucho más cercana para los jugadores de videojuegos y los lugares de trabajo.

Por años las compañías de videojuegos han alterado exitosamente cómo se hacen los juegos y las estrategias de monetización incrustadas en ellos para maximizar sus ganancias, mientras que los empleadores pueden fácilmente hacer obligatorio usar ciertos servicios en el ambiente laboral, tal como hicieron con Slack y Zoom, dándoles pie para expandirse al mercado del consumidor. Pero todo esto no quiere decir que no haya maneras de detenerlos.

En 2017, EA fue obligada a retirar las micro transacciones y cajas de botín en Star Wars Battlefront 2 tras la ira de sus jugadores pues las características de monetización fueron diseñadas siguiendo un modelo pay-to-win que incentivaba a la gente a gastar dinero real. Siguiendo esta controversia también hubo respuestas legales en un número de países y para Rob Fahey, editor para Gamesindustry.biz, los juegos play-to-earn podrían enfrentar un escrutinio similar. Más allá de esto, hay un creciente movimiento sindical en el sector tecnológico que está usando su poder colectivo para presionar a sus empleadores cuando toman acciones que cruzan las fronteras éticas o ponen en riesgo a sus colegas.

Silicón Valley suele creer que puede hacer lo que le entre en gana. Sus principales compañías han ignorado las regulaciones con pocas consecuencias y moldeado la manera en que nos comunicamos para incrementar sus ganancias a costa de causar daño social. Conforme crece la presión para hacer del metaverso una realidad, necesitamos estar listos para oponernos a él. Pero también debemos empezar a pensar más allá de las visiones que la industria tecnológica tiene de soluciones que sirven a sus intereses financieros y, en su lugar, imaginar cómo podemos desarrollar la tecnología para el bien público.

Paris Marx es anfitrión del podcast Tech Won't Save Us y autor de Road to Nowhere What Silicon Valley Gets Wrong about the Future of Transportation, próximo a publicarse en julio de este año. Es colaborador frecuente en la revista Jacobin.

Junto con este, Alejandro Ramírez Pulido ha traducido tres de sus textos para Laguna Negra: uno sobre Elon Musk y otro sobre el presente y futuro de la conducción autónoma.

Comparte este artículo

NO TE AHOGUES: SUMÉRGETE

Recibe el contenido más reciente de Laguna Negra directamente en tu bandeja de entrada registrándote aquí. Fácil, gratis, cero spam.

Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.
Patreon Logo

¿Te gusta lo que estás leyendo? Haz parte de nuestra comunidad de lectores Laguna Negra en Patreon y recibe contenidos adicionales, listas curadas y mucho más.

¡Quiero apoyar a Laguna Negra!

Te invitamos a leer: